Apport de la poesie noire a la première moitie du XXe siecleLangston Hughes, Nicolas Guillen et Leopold Sedar Senghor

  1. N'DRE, CHARLES DESIRE
Dirixida por:
  1. Inmaculada Díaz Narbona Director
  2. Théophile Koui Co-director

Universidade de defensa: Universidad de Cádiz

Fecha de defensa: 07 de maio de 2013

Tribunal:
  1. María Dolores Bermúdez Medina Presidenta
  2. Leonor Acosta Bustamante Secretario/a
  3. Landry-Wilfrid Miampika Vogal
  4. Adama Coulibaly Vogal
  5. Papa Samba Diop Vogal

Tipo: Tese

Teseo: 342667 DIALNET lock_openRODIN editor

Resumo

Esta tesis se divide en dos partes principales: un " Panorama histórico " y un " estudio textual e intertextual ". El " Panorama histórico" desempeña dos papeles claves en el estudio. En primer lugar, sirve, principalmente en su capítulo II, para mostrar no sólo una visión amplia de la condición negra, sino también la evolución del " fenómeno negro", desde los exégetas cristianos del Medioevo y la Ilustración hasta las teorías racialistas de Gobineau. El subcapítulo sobre " la contribución de la antropología" sirve como una especie de puerta de entrada al estudio de nuestros poetas, y ésta es la segunda función del " Panorama histórico". Es decir, ayuda al lector a entender por qué la mayoría de los poetas negros tienen la " obsesión" de sobrevalorar al negro, lo que René Menil, cuarenta y seis años más tarde, en su prólogo a la segunda edición de Légitime Défense (1932/1978), llamó una " psychologie naïve". Se comprenderá ahora por qué existió esta rabia y urgencia de querer corregir los errores culturales en la psique colectiva. En el transcurso de medio siglo, estos poetas querían poner al día más de cuatro siglos de discurso "degradante" y cuya iconografía cruzó todos los tiempos. Con pasión, los movimientos negros intentarán rehabilitar la raza negra mediante un proceso de historización. Mostramos cómo el hombre blanco diseñó al hombre negro y África antes de proyectar su imagen, y cuáles fueron las " armas espirituales" que utilizó. Probablemente, esto nos ayudará a entender mejor el contexto que rodea la lucha por la igualdad racial y la historia de la condición negra en general, ya que los poetas que analizaremos son que militantes contra los prejuicios, la discriminación de todo tipo, y principalmente por la rehabilitación de los negros. Más adelante, en el capítulo III, abordamos el ambiente en el que fueron compuestos los poemarios de nuestro corpus, que es un contexto de entreguerras, aunque Chants d¿ombre (1945) y Hosties noires (1948) de Senghor se editaron al final de la guerra. A partir del capítulo IV, y aquí estamos en la segunda parte de la tesis, comienza el estudio propiamente dicho de los poemarios. Este capítulo es para nosotros el punto crucial de nuestra tesis, ya que muestra la influencia de la oralidad africana negra en la poesía escrita de Langston Hughes, Nicolás Guillén y Léopold Sédar Senghor. Pero antes de hablar de la literatura oral negroafricana y de su influencia en la poesía escrita del medio siglo, recordamos algunas observaciones. La tradición oral negroafricana ha sido objeto de numerosos estudios desde el comienzo del siglo pasado, con toda la controversia sobre las terminologías que siguieron. Hemos hablado de sociedades " primitivas" o " sin escritura". Los Africanistas contemporáneos, los que se opusieron al discurso científico occidental desde la segunda mitad del siglo XIX, prefirieron llamarlas " sociedades orales". La primera observación que podemos hacer sobre los estudios que abordan el tema de la oralidad Negroafricana y de su literatura, en este caso, es que algunos de éstos dan la impresión de aglutinar esta tradición oral a las culturas africanas negras; o dicho de otra manera, estos estudios basan la esencia de las literaturas negroafricanas en la oralidad. Ahora bien, como todas las civilizaciones, las literaturas también pasaron por la etapa primaria de la oralidad como un proceso dinámico en la adquisición de este lenguaje que es el sistema gráfico. Las literaturas occidentales también fueron orales ¿y sigue existiendo todavía literaturas occidentales orales¿, antes de conocer el boom de la edición en los primeros siglos después de la invención de la imprenta. Lo que estamos tratando de decir es que ninguna civilización nació con la escritura, de tal modo que no se pueden fijar unas literaturas en lo escrito y otras en lo oral. La literatura escrita negroafricana es más joven, y sigue el mismo proceso de madurez que conocieron todas las literaturas escritas del mundo. Por lo tanto, todas las culturas negras de África se organizaron en torno a la tradición oral, siendo enclaustrado el sistema gráfico de los ideogramas en su forma rudimentaria sin conocer un verdadero florecimiento. El segundo punto que es importante recordar es que la tradición oral, por lo tanto, incluirá tanto la literatura oral (mitos, leyendas, cuentos, poemas, epopeyas, dramas) como la filosofía, la música, el canto, la pintura, etc. La literatura popular oral ofrece una experiencia de campo particularmente rico y original para el estudio del proceso literario. El estudio de Díaz Narbona sobre los cuentos de Birago Diop ofrece una reflexión muy enriquecedora sobre la literatura oral africana y de manera genérica sobre las sociedades orales, es decir las que no adoptaron el sistema escritural como medio de transmisión del conocimiento y de comunicación. Descubrimos las diferentes características del discurso oral y los criterios para su estética, su literariedad, o sea la función poética del lenguaje como dijo Roman Jacobson. Así, Díaz Narbona llega a una conclusión que servirá como base teórica para edificar este capítulo: el discurso oral cumple con los mismos estándares de literariedad o estéticos que el texto escrito; es decir, la literatura oral no está en una postura subordinada en relación con la literatura escrita, no existe una jerarquización. En este capítulo, destacamos tres elementos fundamentales que han influido en la literatura escrita de Hughes, Guillén y Senghor: la musicalidad de sus cantos-poemas canciones, la influencia de la lengua vernácula negra y, en tercer lugar, la aportación del sistema magico-sacrado lnegroafricano en el discurso literario. El quinto capítulo establece un paralelismo acerca del " malestar negro" con trasfondo racial en dos poemarios: The Weary Blues (1926) de Langston Hughes y Hosties noires (1948) de Léopold Sédar Senghor. Después de las sucesivas oleadas de la abolición de la esclavitud, amos y esclavos de ayer tienen que aprender a vivir juntos. Pero, la relación entre negros y blancos se infectará con el pasado de la Trata y la Esclavitud. Fanon explica el origen de este comportamiento neurótico por un doble proceso, primero económico y luego social. Hay complejo de inferioridad porque hay dominación económica y luego " epidermización" de esta inferioridad (Fanon, 1952: 40). Cuando decimos Negro o Blanco, nos estamos refiriendo a lo que el psicoanálisis llama " inconsciente colectivo", es decir " todos los prejuicios, mitos, actitudes colectivas de un grupo" (Id.: 152). En muchos de estos mitos y conceptos erróneos, se cree que el Negro es pecado y el pecado es Negro como vimos en el primer capítulo. Vamos a ver en el estudio de nuestro corpus que la cuestión racial está en el corazón de la literatura escrita del último medio siglo. El Negro se convierte en Sísifo, debe " llevar su piedra" todos los días si quiere ser reconocido para-sí (Id.: 176). Fanon propone una lectura hegeliana de la difícil situación de los negros en sus relaciones con los blancos. El otro sólo existe cuando es reconocido en su alteridad como ser-para-sí. Si bien este reconocimiento no está admitido, la conciencia negadora polariza toda la acción y la energía de la otra, que condensa todo el sentido de su existencia: " Dans son immédiateté, la conscience de soi est être-pour-soi simple. Pour obtenir la certitude de soi-même, il faut l¿intégration du concept de reconnaissance, afin de s¿épanouir dans la conscience de soi universelle" (Fanon, 1952: 176). La dimensión humana en-sí-para-sí encuentra su plena realización en el juego de las correspondencias y de las reciprocidades, es decir, la superación de la " certitude subjective" de mi conciencia en " vérité objective" universalmente válido por el otro. Si no es este caso, la conciencia del otro se encuentra " ici-maintenant, enfermé dans la choséité". Del tema del " malestar" surge al menos otro drama, con el cual conecta inmediatamente, y que trataremos en el sexto capítulo: el Exilio. La cuestión del exilio plantea problemas filosóficos y existenciales que Guillén y Senghor tratan de resolver, uno por una poética de la reconstrucción de identidad y la integración étnico-racial, y el otro, a través de un diálogo fructífero entre las culturas.